Maracas culias

Las amamos y las odiamos, y por eso, voy a hablar de las maracas.


El nacimiento de una maraca.


Se acabó la infancia. Atrás quedaron los juegos y la inocencia, y entra a escena una mutación del cuerpo y el espíritu que llamamos La maldita pubertad. Con ella vienen los PELOS  cambios físicos y psicológicos de la persona, gracias a nuestras amigas las hormonas. Una de estas chiquillas es la que contiene la distinguida característica de la maraquería, porque sí, amigos, ser o no maraca va solamente en las hormonas. Ojo que no lo digo yo, lo dice la ciencia.

Como ser maraca es hormonal, y las mujeres somos una sola gran hormona, por extensión somos todas maracas. Entonces, podemos concluir lo siguiente: maraca se nace, no se hace. 

La hormona de la maraquería puede manifestarse de varias maneras y en distintas etapas de tu vida: en lo sexual, en lo académico, en lo profesional, etc. Probablemente no lo notes hasta que alguien más te lo diga en tu cara, a tus espaldas, o quizás ni lo diga, pero en el fondo de tu corazón lo sabes. Sabes que ha llegado el clímax de tu vida como mujer: te has convertido en una maraca culiá.


Ahora que lo sabes, ¿qué hacer con esa nueva pieza de tu identidad como mujer?

 

Nada. Aceptarla, abrazarla y dejar que los perros ladren, porque no es tu problema... Mentira, debes combatirla con todo el útero que tengas, porque fémina que se respeta jamás es maraca. 

Por suerte para ti, mi amada camboyana confundida, tengo lo que necesitas para sobrevivir en este mundo anti-maracas. 

1) Desprecia y humilla a otras mujeres, sobre todo por su físico: SÍ, ASÍ COMO LO LEES. Decirle gorda, tonta, pelo de choclo o vagina hedionda a otras mujeres no sólo te ayudará a tranquilizar tu instinto maraco, sino que además te hará sentir mejor contigo misma. Mientras más lo hagas, más rápido verás resultados. Es un trato donde nadie pierde nada, porque probablemente la otra persona hará lo mismo contigo, así que dale sin culpa. 

2) Odia tu físico, tu personalidad y no dejes ir los errores del pasado: Una maraca feliz es altamente peligrosa, pero una maraca triste es más querida y respetada. Vive de la opinión del resto, consume todo lo que veas en los medios, y sobre todo: nunca aceptes que eres humana, que tienes defectos y derecho a no ser perfecta, eso es para maracas re-culiás.  

Siempre hay que buscar la aprobación del resto, porque si no, ¿qué otra cosa podemos hacer? 

3) No tengas ambición y JAMÁS intentes ser independiente: Solamente las maracas trabajan para no depender de otros para sobrevivir, OJO: SOBREVIVIR. ¿Para qué intentarlo, si puedes vivir a costillas de otro?

4) No hagas lo que te hace feliz, ni te permitas tener emociones sinceras: La gente que hace esto es muy antipática, y muy maraca, por cierto. Odialos con todo lo que tengas y nunca seas amable con ellos. Si puedes ponerles el pie encima mejor.

5) No sonrías, no ames con todo el corazón, no seas amable con nadie, y NO TE PERMITAS SER FELIZ: Vivir del miedo es lo mejor que puedes hacer para no ser una maraca más del montón, y mejor si construyes densas murallas a tu alrededor para que nadie entre y vea lo maraca que eres en el fondo.


Con estos cinco sencillos pasos, TÚ QUE LEES ESTO, estás cada vez más cerca del olimpo de la no-maraquería, un paraíso lleno de infelicidad, limitaciones y una existencia miserable. ¿Para qué ser feliz si puedes ser perfecta? La respuesta está en ti. Mucho éxito. 

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Dedicado a todas las maracas culiás que conozco (conocí y conoceré), que respeto y adoro con todo mi corazón. Únicas, hermosas y hormonales. 

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