He conocido,
El sabor de unos labios como vodka,
Ardiendo en el estómago,
Corriendo por la garganta,
Llenando el alma con un chorro de locura,
Con un poco de amargura.

He visto a los ojos a un hombre malo, a hombre insano,
Un par de ojos buscándome en la oscuridad,
Pero sólo en la oscuridad,
Porque a la luz del día no existo.

O eso piensa él,
O eso le dejo pensar.

He conocido la vergüenza del abandono,
El dolor de un corazón destrozado,
Una boca que grita: "¡TÚ ME AMAS!"
A un cabrón incapaz de respetar a su propia madre.

He visto mi cara en el espejo,
Ojos rojos, nariz roja, sueños rojos,
Boca roja que se pregunta cómo llegué a esto,
Cómo esos labios ahora gritan: "¡TÚ ME AMAS!".

Y se resecan,
Y se marchitan.

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