Carta para mí misma a los 3 años.

Eres muy joven aún para entender muchas de las cosas que te voy a decir ahora, pero con el tiempo y con mucha paciencia, cariño, lo verás. Créeme en esto. 

Eres una cosa pequeña y dulce todavía, y no te voy a mentir: no se pone más fácil, y tendrás mucho sufrimiento por delante, pero mientras pasa el tiempo, la sabiduría llegará a ti. No confundas inteligencia con sabiduría, porque son cosas distintas, y definitivamente una sabe mejor que la otra. 

No. Los payasos no te van a hacer daño y el carrusel no hace nada. Los juguetes a pila no son diabólicos y la tina del baño no te va a succionar. No sé de dónde tienes tanto miedo, pero también te diré que mientras crezcas los superarás, pero en su lugar llegarán otros más oscuros y profundos, y de eso es precisamente de lo que quiero hablarte. 

Tu infancia no será mala. Tendrás muchos amigos y muchísimas oportunidades que otros no tendrán. Conocerás países y lugares distintos y todo será maravilloso; pero cuando llegues a la pubertad ya habrás notado que hay algo raro en ti. La gente se pone triste todo el tiempo, pero no es normal sentirse tan triste y desesperanzada tan seguido; y pese a que harás todo lo posible por ignorarlo muchos años, no te explotará en la cara hasta que tengas dieciocho. Entonces conocerás lo que es la depresión, y de la mano viene la ansiedad. Será un período difícil en tu vida, y requerirá toda tu voluntad y esfuerzo, y muchísima paciencia; pero eventualmente podrás curar de a poco tu corazón, y aunque habrá recaídas -unas peores que otras-, recuerda siempre que si saliste una vez, podrás hacerlo otra y mil veces más. Eres la persona más valiente que conozco, y créeme que conocerás a mucha gente. 

Sé que te sentirás rara por no encajar con los "populares", y te lo digo de una: nunca lo harás como crees; pero más pronto que temprano ya no te importará, porque entenderás que lo que nos conecta como seres humanos son nuestras penas y alegrías. Encajarás, sí, pero solo cuando empieces a ser tú misma. Spoiler alert: las cosas ñoñas se pondrán de moda. 

No culpes a tus padres de todo lo que te pasa. Ellos, al igual que tú, son humanos, y aunque son enormemente imperfectos, siempre han querido lo mejor para ti, y tienen sus propios problemas. Uno inevitablemente, en algún momento, lastima a las personas que ama, pero eso no significa que debas alejarte u odiarlos. Sólo son diferentes a ti, y debes buscar el perdón en esas mismas diferencias, más que en las similitudes. Si se enojan contigo, no es porque no te quieran, es por lo contrario. 

A los veinte encontrarás a alguien que creíste perdida por mucho tiempo, y te darás cuenta que lo que creíste e ignoraste por muchos años, finalmente no era tan terrible. Finalmente podrás empezar a sanar era herida en tu corazón, y en el perdón sincero y la compasión encontrarás consuelo. El vacío en tu mente al fin se llenará, aunque no del todo. Entenderás que no es culpa tuya, ni de ella, ni de nadie; son sólo cosas que pasan en la vida, y que finalmente son para mejor. Te tomará un tiempo, madurez y mucha fortaleza mental llegar a esa conclusión, pero lo harás. 

¿Recuerdas lo mucho que te gusta imaginar historias y dibujar por todas partes? Tenlo en mente. Ahora te voy a contar otra cosa: la presión de tu entorno te llevará a tomar algunas malas decisiones con respecto a tu futuro. A los diecisiete serás un dolor de cabeza con el ego inflado, y te vas a tropezar y caer de cara contra el piso, y te va a doler más que cualquier otra cosa, porque no estás acostumbrada a fracasar. Finalmente la cómoda burbuja que te protegió por más de doce años, se romperá en miles de pedazos, y vas a sufrir porque no tendrás idea de quién eres. Tendrás que partir de cero, y será justamente el peor momento de tu depresión, pero, vida mía: vas a superarlo y volverás a sonreír, más fuerte, más humilde y más auténtica que nunca. Soñarás con entrar a la Universidad de Chile, y lo harás, pero la dejarás en menos de un año, y también te dolerá ver tu sueño de infancia destrozado; pero buenas noticias: saldrás de la Chile, pero entrarás a la Católica. Sí, la Católica. ¿Recuerdas cómo siempre pensaste que nunca podrías entrar? Bueno, lo hiciste, y aunque no es algo de lo que te guste regodearte, sí te sentirás orgullosa de ti misma y eso será suficiente. No te irás con las manos vacías, en todo caso: encontrarás gente muy valiosa en el camino. No los pierdas. No estarás en paz en ningún lugar hasta que estés en paz contigo misma. 

Otra cosa por la que te sentirás orgullosa: ¿recuerdas, también, cuán inteligente eres? Por el mismo motivo mucha gente tratará de mover tu vida según su propia conveniencia, incluso tus padres, pero en algún momento tendrás la valentía de tomar tus propias decisiones y seguirás una carrera por vocación, y no por estabilidad. La estabilidad es muy costosa de mantener, y muy falsa, por lo demás. 

Te romperán el corazón muchísimas veces, y tú también vas a romperle el corazón a mucha gente, algunas veces de manera injustificada, e incluso sin darte cuenta. Le darás tiempo y dedicación a gente que no se la merece, y pasarás por alto a gente que te quiere de verdad. Te pesará mucho en la espalda, pero lo mejor que harás es aprender a perdonarte y a perdonar, incluso una disculpa que nunca recibirás. Tú también serás tóxica, y tener la humildad suficiente para aceptarlo, es netamente porque en el fondo eres una buena persona; pero la lección más importante que aprenderás es: no puedes amar realmente otra persona, si no te amas primero a ti misma; y lo entenderás tras una interminable fila de decepciones, e incluso te involucrarás con gente que sabes que no te hace bien, solamente porque no te sientes bien contigo misma y le tienes miedo a la soledad; pero no eres ninguna mártir, y tampoco un demonio. Es algo que aprendemos del entorno y de los medios de comunicación, pero nunca es saludable confundir el amor con la dependencia. Debo admitirte que aún  tengo problemas con eso, pero lo superaremos con tiempo. Otra cosa: una única persona no puede suplir todas tus necesidades. Esa es tu tarea. Nadie puede ser feliz por ti, excepto tú misma. Las personas no son objetos para usar a tu conveniencia, ni medicina para curar tus heridas mentales. Toma muy poco tiempo enamorarse, pero muchos años para saber lo que es amor de verdad.

Finalmente, debo decirte que no se puede ser feliz todo el tiempo. La tristeza es parte de la vida, al igual que el resto de las emociones; y está bien. No puedes controlar la marea, y tampoco puedes ser perfecta. Eso es algo que finalmente acepté hace poco, pero darte el permiso de no ser ideal, de no ser "niña buena", te va a quitar mucho peso y muchos demonios de encima. Y hablando de demonios: no les tengas miedo, sólo lo hará peor. Enfrentarlos es lo mejor que puedes hacer, y verás que con el tiempo dejan de molestarte. No dejes que la oscuridad se lleve lo mejor de ti, aunque lo hará, pero podrás volver a sonreír. No puedes ayudar a otros si eres incapaz de ayudarte a ti misma, en especial si no quieren ayuda, y tampoco puedes responsabilizarte por las decisiones del resto. No es tu tarea, ni tu obligación. Lo mejor que puedes hacerlo es aceptarlo y seguir adelante. 

Habrá un tiempo en que no te querrás a ti misma, y tampoco soportarás verte al espejo, pero desde aquí te digo: yo te amo más que a cualquier otra persona en el mundo, y no es un pecado ser egoísta, aunque eso no te da el derecho de hacerle daño al resto. 

Aún eres joven para entenderlo, pero en el tiempo lo verás. Seré sincera: no lo tengo todo resuelto y aún tengo muchas cosas sin atender, pero estamos trabajando para usted, todos los días. No pierdas el brillo que hay en tu corazón, porque es lo único que te ayudará a salir adelante cuando las cosas se pongan difíciles. Sé fiel a ti misma  y cuida tu integridad, porque no te darás cuenta cuando ya no seas una niña, pero tampoco desearás volver a esa edad, porque estás bien donde estás. En un par de años más te escribiré de nuevo y te contaré cómo te va.
Con amor, 
Cattalina. 

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