Escribo de madrugada, siempre cuando escucho a los pájaros cantar. Me levanto al día siguiente y releo lo que escribo, y pienso que es una porquería, pero eso no me quita el sueño porque sé que los errores son un lujo que nos podemos dar los principiantes; y la única dirección posible en la cual avanzar, es hacia adelante. Siempre hacia adelante.

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